El Restaurante Casa Martón, situado en el pequeño pueblo aragonés de Sallent de Gállego, lleva el nombre de la familia que hace casi 50 años abrió sus puertas. En 2020, recibimos el encargo de diseñar el espacio de los 270 m² que darán lugar a un nuevo restaurante que no quiere perder la identidad familiar y para el que será necesario transmitir su recorrido e historia a través de los materiales, manteniendo las cualidades espaciales de intimidad que les permite estar cerca de sus clientes.
El restaurante que diseñamos se articula en torno a un núcleo central de baños con una serie de salones y espacios comedor, cada uno con cualidades espaciales singulares. En uno de ellos comes contemplando el muro de piedra de La Torre adyacente con más de 600 años de antigüedad, mientras en otro puedes ver las herramientas con las que la familia ha trabajado el campo durante años.
En este proyecto entendimos que las cosas guardan la memoria de lo que somos y de lo que hemos hecho, y que esa es la razón por la que la familia Martón ha almacenado una cantidad inmensa de materiales, objetos y útiles desde generaciones atrás que nos hablan de su trabajo en el campo, de su tradición y gusto por la gastronomía, de la evolución de los paisajes del valle y su relación con las personas que lo habitan. Todo ello ha conformado un archivo valiosísimo para este proyecto, del que han salido diseños específicos como bebederos de madera convertidos en lámparas o percheros, bebederos de piedra en lavabos, o cuellos de madera de las esquilas en pequeñas bandejas de cobro.
También se recuperó y reutilizó mucho del material que salió de la demolición, con sus cicatrices y huellas del paso del tiempo. De la tarima de suelo a techo acústico de uno de los comedores, pero también muchas de las piezas de mobiliario, encimeras de mesas, estanterías, revestimientos de pared. Las vigas de madera pasaron a formar una subestructura de madera de la que suspender distintos elementos, como el botellero de la barra o los diferentes sistemas de puertas y cerramientos de los salones, evitando perforar la insonorización del local. La piedra en la que apoyan los pilares de madera, son recuperadas de la antigua fachada, al igual que la piedra almacenada en la barra.
Este proyecto tiene la singularidad de responder a la historia viva de un lugar a través de los objetos, permitiéndonos trabajar con lo desconocido y aprender de la cultura y saberes de los entornos rurales en un proceso de documentación visual, reinterpretación, y puesta en valor de lo material para la conservación de la memoria de una familia y un territorio.
Autoría: Ba-rro, Lorna de Santos
Fotografía: Bacon Studio