21_R23 2022 MADRID / ES Construido
21_R23 2022 MADRID / ES Construido

21_R23

Emplazada en el interior de una parcela del barrio de Carabanchel, el acceso a esta recóndita vivienda requiere atravesar un patio de manzana rodeado de casas bajas, pequeñas construcciones de una única planta y tejados rojizos a un agua. Un entorno que remite a otro lugar y a otro tiempo. Si bien tal vez no a otra época, sí a otro ritmo, a una cadencia que va dejando la ciudad en suspenso.

Este suspenso y aplomo se enuncia en la propia naturaleza vertical de la vivienda. En el interior, el proyecto busca resolver esa tendencia a través de un único cuerpo que concentra las instalaciones de la casa y su equipamiento básico: un mueble que es en su primera cara cocina da lugar en su dorso a una escalera, esconde un baño y encima monta un altillo.

El desarrollo de planta es escaso, apenas treinta metros cuadrados de huella, pero la altura alcanza casi los siete, que se logran subiendo uno, dos, tres tramos breves de escaleras, para encontrarse primero con un altillo-despacho en tablero de DM verde que en su inversión cromática señala el lugar como casa del árbol.

La elección de los materiales empleados en crudo, acerca la intervención a una materialidad que parece la más pertinente a las sucintas dimensiones del lugar, propiciando en él rincones que dialogarán con los cuerpos habitantes, templando los espacios movimientos y conductas humanas.

En la entreplanta, más cercana al techo que al suelo, en vecindad con la estructura de vigas y bovedillas,  la vista alcanza medio Madrid a través de los amplios ventanales, mientras la escalera, que era sólida en su base para ofrecer almacenamiento, se aligera en este segundo tramo para invitar la entrada de la luz del sur.

El siguiente paso, siempre ascendente, es el dormitorio, una estancia hermanada a una terraza franca y tajante en su falta de ceremonia, veinte metros cuadrados, el espacio más amplio de la casa, que se resume como un salón de estío abierto en balaustrada al horizonte dual de la sierra y la metrópoli.

Fotografía: Luis Díaz Díaz