4 ESTACIONES

La vivienda de este proyecto se encuentra bordeada por un pequeño jardín en su lindero lateral y trasero, en el extremo final de una hilera de casas adosadas en un pueblo del Pirineo Aragonés. El proyecto realiza una rehabilitación integral de la casa que durante años ha sido abandonada, interviniendo en la reconstrucción de su cubierta y mejora de la envolvente térmica respetando la continuidad material y estética del conjunto de viviendas al que pertenece, una arquitectura tradicional en la región con fachadas de piedra, pizarra en sus cubiertas y revestimientos de madera color ceniza.

La casa se transforma en su interior, desplazando a un lateral de la vivienda su entrada que bordea la vivienda a través de una pasarela de tramex elevada sobre las hiedras del jardín en verano y la nieve de invierno. El programa se invierte: los espacios comunes de la vivienda (salón, cocina y comedor) ascienden a la planta alta dominada por un gran ventanal que incorpora el paisaje del Pirineo a su interior, destinando la planta baja para los espacios más privados de dormitorios y baños.

A nivel material, se introduce el acero galvanizado y la cerámica para los injertos exteriores, balcón y pasarelas, que enfatizan el contraste con la preexistencia. La madera, presente en el pavimento en su estado original, coloniza los techos y los paramentos verticales, empleando una combinación de nogal, material puente entre exterior e interior, y abedul para favorecer la luminosidad. El suelo se resuelve con un porcelánico color teja que apoya la calidez cromática del resto de materiales asegurando la transmitancia térmica del suelo radiante y su durabilidad para unas necesidades de uso intenso.

La vivienda termina definiéndose como un espejo de la preexistencia a través de la inversión de sus elementos tanto materiales como programáticos.

Fotografía: Maru Serrano